"En el arte mesoamericano, la representación del ser humano cumplía esencialmente dos funciones: evocar eventos memorables y emitir para la sociedad y los individuos significados específicos. En cualquier caso, el cuerpo está sujeto a normas: desnudez, vestuario o insignias invariablemente lo distinguen y articulan con el resto del universo, signo de una sociedad altamente jerarquizada. Destacan, también, las reiteraciones estilísticas, las que dieron unidad artística e identidad a cada cultura."
Tomado de Sergio Raúl Arroyo García, “Retrato de lo humano en el arte mesoamericano” Arqueología Mexicana, núm. 65, pp. 16-21.
Tlatilco fue una aldea de la Cuenca de México cuyo apogeo ocurrió entre 1400 y 900 a.C. Como en otros poblados de la época, su ubicación favoreció un modo de subsistencia en el que se combinaban la agricultura y otros recursos.
Figurilla cerámica antropomorfa